Terminator (1984)
Película estadounidense de
ciencia ficción y acción de 1984, dirigida por James Cameron, coescrita entre
Cameron y William Wisher Jr. y protagonizada por Arnold Schwarzenegger, Linda
Hamilton y Michael Biehn. El filme, rodado en Los Ángeles, fue producido por
Hemdale Film Corporation y distribuido por Orion Pictures. Schwarzenegger
interpreta al Terminator, un ciborg asesino enviado a través del tiempo desde
el año 2029 a 1984 para asesinar a Sarah Connor, interpretada por Linda
Hamilton. Biehn es Kyle Reese, un soldado también enviado desde el futuro con
la misión de proteger a Sarah. Fue filmada de marzo a mayo de 1984 y finalmente
estrenada el 20 de octubre de 1984.
Sinopsis: En el año 2029, después
de devastar la Tierra y esclavizar a la humanidad, las máquinas, gobernadas por
la inteligencia artificial conocida como Skynet, están a punto de perder la
guerra contra la resistencia humana liderada por John Connor. Frente a esa
situación, las máquinas entienden que asesinar a John Connor en el presente,
sería irrelevante, dado que ya ha conducido a la resistencia humana del mundo
entero a la victoria. Por lo tanto, Skynet elabora su estrategia decidiendo
eliminar al líder enemigo antes de que éste nazca, de modo que no pueda
cumplirse su misión de conducción futura. Para ello envía al pasado (año 1984)
a un Terminator T-800 modelo Cyberdyne 101, un cíborg asesino a través de una
máquina del tiempo, con la misión de exterminar a Sarah Connor, madre de John,
antes de que éste sea concebido.
Comentario: Partiendo de un guión
sólido, Cameron tuvo que apañárselas con un presupuesto escueto,
por lo que se vio obligado a dosificar los efectos especiales y ponerlos al
servicio de la acción, nunca por encima de ella. Esta es desde luego una
película libre de excesos, no porque su realizador desechara rodar más escenas
futuristas o mejores animatrónicas, sino porque sencillamente no podía
permitírselas. Sin embargo, ya podemos intuir al prestidigitador que 7 años
después cambiaría para siempre la forma de rodar cine en Hollywood. Todavía hoy
resultan espeluznantes las escenas de un futuro apocalíptico donde los seres
humanos son calaveras apiladas bajo las ruedas de las máquinas. Con el dinero
que se emplea ahora en cubrir las dietas de un actor secundario, James Cameron
consiguió hacernos creer que máquinas voladoras con formas jurásicas dominarían
la faz de la Tierra. Cameron, pese a ser un realizador poco prolífico al que se
tacha de excesivo con los efectos especiales, en realidad siempre ha sido un
director de actores, más allá de su pasión por diseñar entornos de gran
realismo y complejidad. Tiene ese don para otorgar credibilidad y naturalidad a
los diálogos, incluso cuando los espeta un austriaco de apellido impronunciable
interpretando a un robot del futuro. Si el guión es bueno, los diálogos deben
ser creíbles. No es exagerado como Tarantino, pero siembra sus obras de
conversaciones cargadolas de humor negro o guiños que son una recompensa para el
espectador atento e inteligente.
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