miércoles, 23 de noviembre de 2016

El último (1924)
El último, es la decimoquinta película en la carrera cinematográfica de F. W. Murnau, también conocida como La última carcajada. Esta joya del cine mudo crepuscular, narra cómo un portero de un lujoso hotel, (interpretado por el actor alemán Emil Jannings) un anciano orgulloso de su trabajo y respetado por todos, es bruscamente degradada a mozo de los lavabos. Privado de su antiguo trabajo y del uniforme que le identifica, intenta ocultar su nueva condición, pero su vida se desintegra lentamente.

Sinopsis: La historia nos lleva a la entrada de un lujoso hotel del mundo occidental. En ella nos encontramos al portero (Emil Jannings), un robusto y respetado hombre que no solo carga con las maletas de los clientes, sino que es el nexo de unión entre la entrada y salida de dos mundos muy diferentes. Los huéspedes le admiran, los trabajadores le idolatran, pero una vez en su barrio de clase media-baja, allí se convierte en un Dios. Saluda a todo el mundo portando aún su uniforme de portero de corte militar y siendo saludado (por no decir venerado) por la vecindad. Su orgullosa sobrina está a punto de casarse y habrá una celebración por todo lo alto. Mas el día de la boda por la mañana, cuando nuestro protagonista marcha hacia su trabajo, se encuentra que debido a su edad ha sido sustituido por un hombre mucho más joven y fuerte, mientras que a él le destinan al baño de hombres para trabajar como mozo. Toda una vida de orgullo y respeto se marcha por la taza del inodoro que ha de dejar impoluta cada vez que es usada. El hombre, desmoralizado, decide ocultar la verdad a su sobrina por lo que vuelve a casa con el uniforme, el cual deja en una taquilla de la estación de tren antes de entrar, y vuelve a recoger al salir.

Comentario: La película cumple muy bien su objetivo como drama, te entristece y resquebraja el pecho al ver como poco a poco con la pérdida de su trabajo, el portero pasa a ser un don nadie que no es respetado, ignorado incluso por su familia. Más aun, las escenas en las que se ve visualizándose como un portero capaz de realizar proezas con fuerza sobrehumana, sujetando maletas pesadísimas y haciendo malabares con ellas en contraste a su rostro demacrado y fatiga en la realidad se convierten en uno de los mejores momentos, por ser uno de los más duros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario