El último (1924)
El último, es la
decimoquinta película en la carrera cinematográfica de F. W. Murnau, también conocida
como La última carcajada. Esta joya del cine mudo crepuscular, narra cómo un
portero de un lujoso hotel, (interpretado por el actor alemán Emil Jannings) un
anciano orgulloso de su trabajo y respetado por todos, es bruscamente degradada
a mozo de los lavabos. Privado de su antiguo trabajo y del uniforme que le
identifica, intenta ocultar su nueva condición, pero su vida se desintegra
lentamente.
Sinopsis: La historia nos lleva a
la entrada de un lujoso hotel del mundo occidental. En ella nos encontramos al
portero (Emil Jannings), un robusto y respetado hombre que no solo carga con
las maletas de los clientes, sino que es el nexo de unión entre la entrada y
salida de dos mundos muy diferentes. Los huéspedes le admiran, los trabajadores
le idolatran, pero una vez en su barrio de clase media-baja, allí se convierte
en un Dios. Saluda a todo el mundo portando aún su uniforme de portero de corte
militar y siendo saludado (por no decir venerado) por la vecindad. Su orgullosa
sobrina está a punto de casarse y habrá una celebración por todo lo alto. Mas
el día de la boda por la mañana, cuando nuestro protagonista marcha hacia su
trabajo, se encuentra que debido a su edad ha sido sustituido por un hombre
mucho más joven y fuerte, mientras que a él le destinan al baño de hombres para
trabajar como mozo. Toda una vida de orgullo y respeto se marcha por la taza
del inodoro que ha de dejar impoluta cada vez que es usada. El hombre,
desmoralizado, decide ocultar la verdad a su sobrina por lo que vuelve a casa con
el uniforme, el cual deja en una taquilla de la estación de tren antes de
entrar, y vuelve a recoger al salir.
Comentario: La película cumple
muy bien su objetivo como drama, te entristece y resquebraja el pecho al ver
como poco a poco con la pérdida de su trabajo, el portero pasa a ser un don nadie
que no es respetado, ignorado incluso por su familia. Más aun, las escenas en
las que se ve visualizándose como un portero capaz de realizar proezas con
fuerza sobrehumana, sujetando maletas pesadísimas y haciendo malabares con
ellas en contraste a su rostro demacrado y fatiga en la realidad se convierten
en uno de los mejores momentos, por ser uno de los más duros.
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